Despidiendo el Año

Ha transcurrido un año y el tiempo parece quieto, como si las vibraciones que nos llevan a encontrar la luz, quisieran dormir antes de tiempo. Aun, sin proponérnoslo, se tornan momentos de reflexión, de lo que tenemos, de lo que hemos dejado de tener, de lo que hemos perdido, de lo que nos han quitado.

Son momentos de buscar el silencio para escuchar la voz interior, esa que no miente, esa que permite, que el Maestro que hay dentro de cada uno de nosotros, te hable con la verdad. Te sorprenderás al darte cuenta, que tu aliado, eres tú mismo, entrégate a la vida que es el presente, aprende a ver en la oscuridad y descubrirás muchas cosas, sentirás confianza y te convertirás en el dueño de los secretos que guardan las sombras. Decreta la alegría de vivir y podrás darte cuenta que en cada momento descubrirás un inmenso reino interior y profundiza sobre quién eres, para reconocerte luego tal cual eres como persona.

Desde este rincón que se llama “mi vida”, quiero vencer lo negativo, el desamor, las angustias, el pesimismo, quiero decretar que esos momentos, son solo momentos, para crecer, aprender, que cada persona que encontremos en el camino, agradable o no, permite que la voz interior se pregunte: ¿qué vino a enseñarme?

Quiero tejer una hermosa nube con mis pensamientos, adornarla con aromas, matices y que tenga música para que me envuelva mientras me adormece.

No quiero malgastar el tiempo para demostrar que no importa, quiero buscar en cada día y en cada vida, un milagro.

Nuestra mente-decía Einstein-, primero tiene que construir las formas independientemente, antes de encontrar las cosas, La clave es soñar, soñar en algo que anhele tu corazón y procurar cerrarte a los ruidos externos, encuéntrate con la intuición, allí encontraras tu alma.

El gran conocimiento consiste en el atrevimiento de realizar un viaje de autodescubrimiento, saber quién eres realmente, qué quieres en la vida, qué capacidad tienes para dar. La grandeza del espíritu es atreverte a ser diferente, a realizar cambios y este enriquecimiento del espíritu es prestarle atención a las pequeñas cosas.
 
Si sientes tristeza por algo que has perdido, siempre habrá un te quiero, habrá un amigo, esa persona con quien puedes pensar en voz alta y recuerda la famosa frase de John Lennon:
“la vida es aquello que pasa, mientras hacemos planes para el futuro”

¡Feliz Año!