Depresión, síndrome del pánico, remordimiento, problemas de relación, pocas palabras podrían ser tan comunes y actuales como estas.
Estos conceptos, presentes en la conversación informal del día a día como en el diálogo de los investigadores y profesionales de la salud, los cuales concentran sus esfuerzos en intentar reconocer los patrones y encontrar las causas, concebir tratamientos o formas de prevención de estos males, ya sea por el sentido común o a través de los criterios y métodos de la ciencia convencional.
Sin embargo, con todo el esfuerzo y extraordinaria dedicación y energía aplicadas para comprender y curar estos procesos, muchas veces los esfuerzos fracasan, como resultado de la visión materialista y limitada que la gran mayoría de las áreas de la ciencia todavía tiene el ser humano.
Desde hace milenios, la humanidad ha procurado entender la conciencia, así como los mecanismos involucrados en la generación y cura de sus males afectivos y emocionales bajo la óptica física o religiosa, muchos profesionales de la salud, aun tratan al individuo como un cuerpo físico controlado por reacciones químicas y condicionamientos psicológicos.
El elemento principal para el éxito aplicado a esta área –frecuentemente omitido o ignorado-,es que el ser humano no es el cuerpo físico y si, principio inteligente mas allá de la materia, energía, forma, espacio y tiempo, el cual tiene su historia individual y rasgos personales establecidos desde sus vidas anteriores.
Este principio inteligente, designado por muchos como: alma o espíritu es llamado conciencia en el área de la “Concienciologia”
Jamás llegaremos a comprender plenamente al ser humano- ni siquiera su cuerpo y aun menos sus complejos procesos emocionales-si no expandimos el conocimiento acerca de la conciencia, qué realmente somos, más allá de lo físico.
Deja una respuesta